La suspensión temporal de operaciones en la planta de Honda en Celaya, Guanajuato, encendió las alertas en la industria automotriz mexicana ante el riesgo de una nueva crisis de suministro de semiconductores.

En marco del 31 Congreso de Comercio Exterior Mexicano, Rogelio Garza, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), advirtió que el problema podría extenderse a otras armadoras instaladas en el país

“Sí podría, esperemos que no y esto debe resolverse rápido”, señaló al ser cuestionado sobre si este caso puede repetirse en otras empresas que producen en el país.

Ayer el medio japonés Nikkei dio a conocer que la compañía de autos nipona detuvo su producción en México por las restricciones impuestas por Nexperia, proveedora de componentes electrónicos que enfrenta disputas legales y limitaciones para exportar.

Nexperia, de capital neerlandés, pero con participación china, ha sido objeto de investigaciones sobre el control de su tecnología, lo que ha generado obstáculos en las cadenas de suministro internacionales.

Garza explicó que el caso ilustra la dependencia estructural de la industria mexicana de los mercados asiáticos, particularmente del suministro controlado por China, que mantiene un papel dominante en la producción global de semiconductores.

Si bien la afectación se concentra en Honda, el presidente de la AMIA advirtió que el problema podría contagiar a otras empresas del sector, sobre todo a aquellas que dependen de los mismos proveedores de chips.

“El caso de Nexperia debe servir como un llamado para acelerar la estrategia nacional de semiconductores, reducir la dependencia de proveedores externos e impulsar la producción regional en América del Norte”, subrayó.

Garza insistió en que las tensiones geopolíticas entre China y Estados Unidos, así como las restricciones tecnológicas impuestas a empresas con participación china, tienen repercusiones directas sobre la manufactura mexicana.

“Necesitamos asegurar una cadena de suministro estable, con manufactura propia o con países aliados”, apuntó.

En el mismo sentido, el embajador de Japón en México, Kozo Honsei, confirmó la suspensión de operaciones de Honda y sostuvo que el gobierno japonés mantiene diálogo con autoridades mexicanas y estatales para garantizar el abasto de componentes y fortalecer la cooperación tecnológica.

“El problema actual no proviene de componentes fabricados en Japón, sino de terceros países. Esta situación abre la conversación sobre la necesidad de establecer producción nacional o asegurar insumos desde países aliados”, afirmó.

El diplomático reiteró la disposición del gobierno japonés para colaborar en el desarrollo de nuevas rutas de suministro y evitar que situaciones similares afecten a las empresas japonesas que operan en México.

La interrupción en Honda se suma a los desafíos que la industria automotriz mundial enfrenta desde la pandemia de 2020, cuando la escasez de semiconductores provocó retrasos en la producción a nivel global.